Existe un tipo de calderas de pellets que utilizan como combustible los pellets. La inversión inicial necesaria para la compra e instalación varía y puede oscilar entre los 3.500 y los 5.000 euros, según su capacidad y rendimiento. Aunque la inversión es algo superior a la de las calderas de gas o de gasoil, cuyos precios pueden ser de unos 1.500 euros, atendiendo a distintas consideraciones, a medio y a largo plazo, podemos recuperar la inversión en muy poco tiempo.
Así: las subidas anuales de los materiales que se utilizan en cada caldera son una innegable realidad. El gas natural ha subido en España, en los dos últimos años aproximadamente un 68,5 por ciento. Aunque los pellets también han sufrido las subidas cada año, lo cierto es que estas han sido inferiores, a las de otros materiales, y en los últimos años, el precio de los pellet se mantuvo constante. Esto ya supone un importante ahorro que se aprecia, sobre todo, en el consumo mensual. Sin embargo, el gasoil tiene casi el doble de poder calórico que el pellet, por lo que tendremos que invertir, para obtener el mismo calor, el doble de peso de pellets que de litros de gasoil. Aún así, el precio de los pellets es mucho más económico que el gasoil, y se consigue un ahorro superior al 50 por cien. Por ejemplo, con una caqldera de pellets, para calentar una casa de 120 m2, en la provincia de Avila, necesitamos unas 12.500 Kwh por año, se obtengan con la electricidad generada con pellets o con otro combustible. En este caso, si instalamos una caldera de pellets de 5 a 15 Kw de potencia, por cada kg. de pellet se obtiene un poder calorífico inferior de 5,23 Kw/h, a un precio de 0,28 euros por Kg., nos supone un coste de consumo de 706,67 euros por año. El resultado es que conseguimos ahorrar anualmente un 38 por cien menos, que si lo hiciésemos con otro combustible, como es el gas natural. La inversión se puede amortizar aproximadamente en 3 años, considerando las subidas de los precios del material y los costes por mes.
Además, utilizando los pellets, no sólo se beneficia al medio ambiente, también se favorece el desarrollo sostenible, la consolidación de la economía y la posibilidad de trabajar en ambientes alejados de las ciudades.